Se forman
derivados y compuestos de los adjetivos mediante los procedimientos
morfológicos de prefijación y sufijación.
Los prefijos
Los prefijos no
cambian la categoría gramatical de la palabra; es decir, se unen al adjetivo y
cambian su significado, pero esa palabra sigue siendo un adjetivo.
Clasificación de los prefijos
- Negativos: por ejemplo in-, des-, a-: inútil, imposible, ilegal, desprolijo, amoral.
- Intensivos positivos (aumentan el contenido semántico del adjetivo): por ejemplo re-, súper-, hiper, ultra-: hiperactivo, ultraconservador.
- Intensivos negativos (disminuyen el contenido semántico del adjetivo): por ejemplo sub-: subdesarrollado.
- Espaciales o temporales (establecen relaciones de ese tipo): por ejemplo sub-, trans-, pre-, post-, inter-: interurbano, subacuático, prenatal.
Los sufijos
Hay sufijos que
mantienen la categoría gramatical y otros que no.
En el primer
grupo encontramos los que agregan una nueva connotación al valor semántico: -uzco, -ucho, -tón, -cino, -ento, -oso, -áceo:
feucho, amarillento, verdoso, blanduzco, pobretón.
Los sufijos que
cambian la categoría permiten formar adjetivos sobre palabras sustantivas,
verbales o adverbiales.
- Bases sustantivas: por ejemplo -oso, -al, -il, -ano, -ino, -ico, -ario, -esco: arenoso, universitario, juvenil, carnavalesco.
- Bases verbales: -ble, -nte, -izo: rompible, quebradizo, bailable.
- Bases adverbiales: cercano, lejano, delantero.
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