Expresan el
efecto, la consecuencia de la oración principal. Se distinguen dos grandes
grupos:
Con intensificador
El efecto se
deduce de la intensidad de la oración principal, en la que aparece un elemento
intensificador (tan/to…que, tal…que, cada…que, un…que, hasta tal punto que). El
verbo introducido por que va en indicativo,
a no ser que el verbo principal esté en forma negativa, en subjuntivo o sea una
orden.
Me contó tales tonterías que me quedé asustado.
No era tan feo que asustara a todo el mundo.
Dale tantos detalles que no tenga dudas de tu participación.
La consecuencia
puede deberse a la intensidad de la cantidad:
Comió tanto que
se puso enfermo.
Hicieron tal cantidad de hallazgos que decidieron retrasar las obras.
Es tan tacaño que no le va a comprar nada a su hermano como regalo de boda.
A veces, también
puede deberse a la intensidad de la calidad:
Le hizo tales regalos que no pudo decirle que no.
Tiene tales / unas ocurrencias que nadie diría que es el presidente de
una gran compañía.
Tiene cada idea que asusta.
En ejemplos
parecidos puede faltar el intensificador:
Corre que no hay quien lo pille.
Algunas
consecutivas quedan incompletas (con una entonación característica). Su final
se deja a la imaginación del oyente:
Le tengo unas
ganas…
Armaron una
bronca…
Sin intensificador
En otras
consecutivas no hay intensificador, por lo que la relación entre las dos
subordinadas es más débil:
Se quedó sin
dinero, así que tuvo que irse.
Mañana es fiesta;
iremos, pues, a la sierra.
Salvo de ahí que, que lleva subjuntivo, todos los demás (así, así que, así pues, conque, por lo tanto, por consiguiente, en consecuencia, luego, entonces) llevan indicativo.
A veces, el
conector de la consecutiva une mensajes de hablantes distintos:
- Estoy muy
atareado.
- Entonces iré yo a la fotocopiadora.
Entonces
introduce la conclusión que el segundo hablante saca ante lo que acaba de
decir.
me gusto pro no son completas
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