La letra eñe no existía en la lengua latina. Para representarla las distintas lenguas romances adoptaron soluciones diferentes. En otros idiomas, el fonema /ñ/
suele estar representado por los grupos /gn/ o /nh/: en italiano, cognato
(cuñado) y segnalare (señalar) se
pronuncian, respectivamente /coñáto/ y /señaláre/; en francés,
champignón (champiñón) y magnifique (magnífico) se pronuncian
/champiñón/ y /mañifik/; en portugués, garotinha (muchachita) y sonho (sueño) se pronuncian,
respectivamente, /garotiña/ y /sóño/.
La letra ñ ha pasado a formar parte de los alfabetos de otras lenguas como el gallego, el vasco y el guaraní.
La letra ñ ha pasado a formar parte de los alfabetos de otras lenguas como el gallego, el vasco y el guaraní.
Entre las letras
de nuestro alfabeto, es una de las que menos palabras contiene y muchas de
ellas son términos de origen americano (sobre todo, guaraní y aymará): ñandú, ñandubay, ñapo, ñorbo, ñu, etc.
Algunas palabras
del castellano la llevan por etimología, pero se debe a la transformación que
sufrieron otras letras: los vocablos latinos danno y pannus dieron
origen, respectivamente, a daño y paño. Como no es letra universal, hasta hace
algún tiempo ni siquiera figuraba en los teclados de las computadoras.
El rasgo que la
diferencia de la letra ene recibe las
denominaciones técnicas de tilde o virgulilla (diminutivo de “vírgula: coma”),
pero vulgarmente se lo conoce como el palito de la eñe.
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