La escritura de los nombres propios de personas, lugares y empresas se rigen por las normas generales de ortografía de la lengua española.
El problema
radica en que, a veces, no hay
escrituras únicas de los nombres propios. Por ejemplo, el apellido Cortés (con
tilde porque es palabra aguda terminada en s)
existe también con z final, Cortez,
por lo que escrito de esta forma no lleva tilde por ser palabra aguda que no
termina en n, s o vocal.
Ejemplos de nombres propios de
personas con la grafía correcta en español:
Antón Chéjov
Federico Chopin
(no Chopín)
Muamar al Gadafi
Yaser Arafat
León Tolstói
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