En español es
frecuente, y a veces obligatoria, la aparición en la misma oración del
pronombre átono y el pronombre tónico o el complemento al que hace referencia:
Te
estoy hablando a ti.
La fruta la dejé en el canasto.
A Juan le
han dado una beca.
Cuándo se pueden reduplicar los
pronombres
- Para marcar un contraste:
A mí me encanta ir al cine y a él le gusta ir al
teatro.
- Con los verbos de objeto indirecto (gustar, molestar, encantar, cansar), llamados así porque tienen que llevar siempre un pronombre personal átono objeto indirecto, y además, también debe aparecer el complemento con pronombre tónico para marcar un contraste, como en el ejemplo anterior.
- Los complementos preposicionales con pronombres tónicos no pueden funcionar por sí solos ni como objeto directo ni como objeto indirecto; los complementos constituidos por pronombres clíticos sí. De ahí que los clíticos puedan aparecer sin los complementos tónicos, mientras que los complementos tónicos tienen que aparecer obligatoriamente acompañados por los pronombres clíticos correspondientes, que son los verdaderos objetos directos o indirectos.
A mí me dijo que llamaría o Me dijo
que llamaría, pero no *A mí dijo que
llamaría.
- Sin embargo, en la respuesta a una pregunta, cuando no empleamos el verbo se usa el complemento con el pronombre tónico, ya que el clítico, al carecer de independencia fónica, no puede aparecer nunca solo, sin apoyarse en un verbo.
- ¿A quién le dieron el premio?
- A mí.
*A me.
Cuando el objeto
directo o indirecto se antepone al verbo, se reduplica obligatoriamente
mediante un clítico:
Tus libros los dejé encima de la mesa.
*Tus libros dejé encima de la mesa.
A Marisa le ofrecieron un trabajo en Málaga.
* A Marisa ofrecieron un trabajo en Málaga.
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