Según el
lingüista John Lyons, la noción de deixis (palabra griega que significa
“señalamiento” o “indicación”) se introduce para aludir a rasgos “orientativos”
de la lengua relativos al tiempo y al lugar de la expresión. Los llamados pronombres
personales (yo, tú, él, etc.) constituyen tan solo una de las clases de
elementos de la lengua cuyo significado se establece con relación a las
“coordenadas deícticas” de la situación típica de la expresión. Otros elementos
que incluyen un componente de deixis son los adverbios de lugar y tiempo como
aquí, ahí, allí (cerca del hablante, cerca del oyente, no cerca del hablante ni
del oyente) y ahora y entonces (en el momento de hablar, no en el momento de
hablar).
El centro del
sistema deíctico cambia de una persona a otra cuando cambia el yo enunciador.
Las expresiones deícticas
Son las que
permite que señalemos, refiramos hacia un número ilimitado de entidades del
mundo; esto muestra la economía léxica que aportan y su versatilidad.
Las expresiones
deícticas son referenciales, igual que los nombres propios (Juan), los
sintagmas nominales definidos (el primo de Juan) y muchas otras expresiones;
pero, a diferencia de las anteriores, además de referir, señalan la ubicación
del elemento en el eje del momento y el lugar de la comunicación, considerando
además a los hablantes.
La deixis
implica, entonces, referencialidad + egocentricidad (el yo del hablante ubica
los componentes e intervinientes de la enunciación a partir de sí mismo).
Muchas de las
expresiones deícticas además requieren de referencialidad gestual (pensemos en
la frase: quiero probarme este pantalón y
aquel de allá.
Las expresiones
deícticas son (la lista no es exhaustiva):
- pronombres
personales,
- determinantes y
pronombres demostrativos,
- determinantes
posesivos,
- adverbios de
lugar, tiempo y manera,
- morfemas
verbales de tiempo,
- verbos: ir,
venir, llevar, traer.
Foresis
Los pronombres
fóricos señalan (interpretan a partir de) otro ítem textual, que puede estar
antes (anafórico) o después (catafórico).
Dentro de los
pronombres fóricos, un subtipo no se identifica con el antecedente o
consecuente, sino que establece una cuantificación sobre él: ¿Qué les pasó a los de Boca ayer? ¡Jugaron
mal todos! Ese todos se
interpreta a partir del antecedente los
de Boca.
Los pronombres relativos son los principales pronombres anafóricos, porque sustituyen a un
antecedente en el texto: en la frase Leí
el libro que me prestaste, hay dos proposiciones vinculadas: Leí ese libro, Me prestaste un libro. El
pronombre relativo es el verdadero sustituto del sustantivo.
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