Son los adjetivos
que señalan la cualidad del sustantivo “en grado sumo”, pero sin establecer
ninguna comparación. Para formar el superlativo debemos aplicar las siguientes
normas:
1) Anteponer al adjetivo positivo cualquiera de
estas palabras:
Muy, sumamente,
inmensamente, intensamente, en extremo, por demás, sensiblemente, notoriamente,
bien, etc.
Ejemplos: muy cansado, inmensamente feliz, excesivamente
caro, por demás agresivo, bien grande, etc.
2) Aplicar a la consonante final del adjetivo
positivo el sufijo -ísimo.
Ejemplos: manteca fresquísima, gesto feísimo, piel
blanquísima, etc.
3) Anteponer al adjetivo positivo el más o el menos, y posponer de o entre:
Ejemplos: el río Nilo es el más largo del mundo; José es
el menos cuestionado entre sus amigos.
Casos especiales
Existen algunos
adjetivos que han heredado formas propias del latín para la formación de
comparativos y superlativos.
Positivo Comparativo Superlativo
Bueno mejor (que) óptimo
Malo peor (que) pésimo
Alto superior (a) supremo o sumo
Bajo inferior (a) ínfimo
Grande mayor (que) máximo
Pequeño menor (que) mínimo
Estos
comparativos son todos invariables en género y número, ya que cualesquiera de
ellos se adaptan a ambos sexos:
Mayor gasto
(masculino), mayor inversión (femenino).
Existen, además, adjetivos que no aceptan forma
superlativa:
- Compuestos: pelirrojo, agridulce, sinvergüenza, etc.
- Gentilicios: argentino, italiano, portugués, etc.
- Aumentativos: simplón, sencillote, etc.
- Despectivos: feúcha, mujerzuela, delgaducho, etc.
- Comparativos: mejor, peor, nada, etc.
- Numerales: tres, quinto, vigésima, etc.
- Los de muchas sílabas: internacionalizado, etc.
- Los terminados en i tónica, uo y eo átonas: carmesí, férreo, arduo, etc.
Superlativos absolutos de formación dudosa
Célebre =
celebérrimo
Cruel =
crudelísimo
Libre = libérrimo
Pulcro =
pulquérrimo
Sabio =
sapientísimo
Valiente =
valentísimo
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