Generalmente un
hablante relaciona o conecta una oración con el discurso previo (es decir, lo
contextualiza). Esta contextualización puede darse a través de dos tipos de
relaciones:
Retomar un constituyente del discurso previo como punto
de partida para la oración que sigue (porque se lo menciona directamente o
porque se lo puede inferir).
Contrastar un constituyente ya mencionado con otro de la
misma clase semántica y ponerlo de relieve para que niegue al anterior.
Tema
Es el
constituyente que funciona como tema de partida. El tema brinda información ya
conocida y establece aquello de lo que va a tratar el resto de la oración.
Foco
Es el
constituyente que brinda información nueva. El foco tiene valor contrastivo; la
información nueva que brinda establece una relación negativa con el contexto
previo. Niega un elemento previo o una inferencia posible. El foco aparece
marcado por recursos fonológicos (énfasis en la entonación) y sintácticos
(orden de palabras, estructuras sintácticas de relieve).
Consideremos las
siguientes oraciones:
a) Ariel detesta
el brócoli.
b) El brócoli,
Ariel lo detesta.
c) Ariel lo
detesta, el brócoli.
d) Es el brócoli
lo que detesta Ariel.
e) El brócoli
detesta Ariel, no los alcauciles.
Todas estas
oraciones comparten el mismo significado proposicional, es decir, se manifiesta
como verdadero el mismo enunciado que se entiende claramente en a). Asimismo,
a) es neutra, no presenta ninguna marca temática, puede iniciar un discurso y
se adecua a variados contextos.
Las oraciones b),
c), d) y e) tienen un orden marcado. Transmiten un significado adicional al
preposicional y, por lo tanto aparecen en contextos más restringidos.
Distribuyen y presentan información de tal manera que dan por conocida cierta
información por parte del oyente, destacan o contrastan otra.
Por ejemplo, en
b) y c) el objeto directo se encuentra corrido de su ubicación habitual o
esperable. La información que este transmite es tratada como conocida y aparece
duplicada por el pronombre clítico. Son estructuras tematizadas. Es decir,
estas oraciones aparecerían en un contexto en el que ya se está hablando de
“brócoli”.
En el caso de d)
y e) “el brócoli” es tratado como foco, y son estructuras focalizadas. Se
daría, por ejemplo, en una conversación en la que se estuviera hablando de
“alcauciles”.
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