El objeto directo es un argumento de los verbos transitivos que completa la acción del verbo. La exigencia del OD es tanto sintáctica como semántica. El OD se suma a otro argumento que cumple la función de sujeto, semánticamente activo: Juan compró algo o experimentante: Juan vio algo.
Por su parte, al
OD le puede corresponder el papel temático de paciente afectado (Mataron al juez), pero también de
objeto creado por la acción del verbo: Construí
una casa, o el tema/objeto de la percepción sensible o psicológica: Vimos pocos pájaros, Odio la pintura
abstracta.
Diferentes construcciones que pueden
funcionar como OD
Como sintagma nominal
Juana trajo la comida.
El pueblo votó a Méndez mayoritariamente.
Como proposición sustantiva
Ariel dijo (que él no quería seguir estudiando).
Ariel preguntó (que pasaba).
Como proposición relativa
Premiaré (al que descubra la verdad).
Las pruebas para
reconocer el OD son la rección pronominal y la transformación a voz pasiva.
Rección pronominal
Juana trajo la comida. Juana la trajo.
Ariel preguntó que pasaba. Ariel lo preguntó.
El OD puede ser
representado, conmutado o duplicado por los pronombres lo, las, lo, las.
Transformación activa - pasiva
Juana trajo la comida. La comida fue traída por
Juana.
Ariel preguntó qué pasaba. Qué pasaba fue
preguntado por Ariel.
El OD, en casi
todos los verbos, admite las dos pruebas: la rección pronominal y la
transformación activa/pasiva. Pero algunos verbos admiten la rección, y no la
transformación:
Clara tiene mi libro.
Clara lo tiene.
*El libro es tenido por Clara. En esta oración, con la transformación,
el verbo tener no conserva su significado: en la voz activa quiere decir
“poseer”; en la pasiva, “sostener”.
El objeto directo
puede referirse a una persona determinada. En ese caso, lleva preposición a y admite las dos pruebas mencionadas:
Vi a Jacinta.
La vi.
Jacinta fue vista por mí.
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