La oración se
caracteriza por tener un sujeto y un predicado, pero a veces puede faltar
alguno de estos elementos. Dicha ausencia puede deberse a que se trate de algún
elemento evidente o que ya ha sido nombrado o que esté presente en la situación
comunicativa.
Sin embargo, hay
casos en que se presentan oraciones impersonales, en las que no se expresa
quién realiza la acción del verbo, es decir, no hay un sujeto.
Las oraciones impersonales pueden
ser:
- Oraciones con el verbo en tercera persona del plural: Llaman a la puerta.
- Oraciones en pasiva o pasiva refleja sin complemento agente: Ayer se acordó el aumento del salario.
- Oraciones activas que se construyen con se (agente indeterminado): Se está bien aquí.
- Oraciones de verbo unipersonal, no hay sujeto de la acción. Aquí se pueden presentar los siguientes casos:
- Oraciones que se
construyen con verbos que significan fenómenos de la naturaleza; la acción del
verbo no puede atribuirse a ningún sujeto: Ayer
llovió.
- Hay verbos que
pueden comportarse como unipersonales: ser, estar, haber, hacer, basta y
sobrar: Es temprano; Hace calor; Hay
partido de tenis.
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