Como
modificadores del verbo, los adverbios cumplen la función de complementos
circunstanciales de modo, de lugar, de tiempo, de cantidad, etc.: Se fue despacio, Se fue ayer.
Existen ciertos
casos en que el significado del verbo exige complementos circunstanciales, dado
que sin ellos el verbo tiene un significado incompleto. Por ejemplo los verbos
ser, estar, poner, situar, colocar, habitar y con adverbios de modo junto a
verbos como comportarse, sentirse, resultar, tratar, interpretar, etc.:
Me trataron correctamente en la reunión.
*Me trataron en la reunión. (El verbo carece de sentido sin el
adverbio).
Todos los niños se portaron bien.
*Todos los niños se portaron.
Estos adverbios
que funcionan como argumentos del verbo se colocan siempre después de él. No
pueden aparecer entre el sujeto y el verbo: Julia
habla inglés fluidamente. *Julia fluidamente habla inglés.
Cuando hay varios
verbos en un enunciado, el o los adverbios tal vez no modifiquen a todos, por
eso conviene colocar cada adverbio cerca del verbo al que modifican, para
evitar confusiones.
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