Adverbios, sustantivos con preposiciones y
oraciones introducidas por conjunciones o relativos cumplen la función de
complemento circunstancial de tiempo.
El significado de tiempo se expresa
morfológicamente en las desinencias del verbo, en el que se distingue pasado,
presente y futuro. Pero el tiempo verbal a veces no es fiel reflejo del tiempo
real, pues un verbo en presente puede usarse para referirse a hechos pasados (Colón
descubre América en 1492) o futuros (Mañana hay festival). El complemento
circunstancial sirve justamente para, cuando en una oración, se quiere
especificar el momento concreto de la acción expresada por el verbo.
Si bien los adverbios, oraciones
relativas o sustantivos con preposiciones pueden comportarse como
complementos circunstanciales, son los adverbios temporales los únicos
capacitados para funcionar como complemento circunstancial de manera autónoma.
Su comportamiento sintáctico cambia y está condicionado por su significado
particular. Se distinguen los siguientes grupos:
Ayer, hoy y mañana
Representan los tres momentos en el
transcurrir del tiempo cronológico: pasado, presente y futuro. Hoy sitúa
los hechos en el presente, aunque se puede usar con formas verbales del pasado
y del futuro:
Hoy tendremos taller.
A Juan le avisé hoy.
Mañana los sitúa
en el futuro, aunque vaya con verbos en pasado o en presente:
Esto lo resolverá mañana.
Mañana terminan las clases.
Mañana llegaban sus parientes.
Ayer alude a un
momento pasado y se construye siempre con verbos en pretérito perfecto o
imperfecto:
Ayer tuvimos reunión.
Ayer no sabíamos nada de su situación.
Ahora y entonces
Ahora se refiere a
un período temporal cercano o coincidente con el momento en que se habla; entonces
sirve para situar lo que se dice como algo alejado, ya sea en el pasado como en
el futuro:
Ahora vengo.
La veré ahora.
Cenó ahora mismo.
Lo trajimos entonces.
Entonces será tarde.
Ya, todavía y aún
Más que indicar un período de tiempo
determinado, presentan lo dicho en la oración como algo cumplido o en su
desarrollo. El adverbio ya se caracteriza por presentar la acción verbal
como terminada, mientras que todavía y aún apuntan a la
continuidad o no conclusión. Es por esto que ya es compatible con las
formas del pretérito perfecto, con las que aún y todavía no los
son:
Ya vinieron los estudiantes.
Ya habían devuelto los apuntes.
Siempre, nunca y
jamás
Siempre indica
afirmación temporal, mientras nunca y jamás significan la
negación de cualquier período de tiempo:
Yo siempre dudo.
Jamás nos dirán nada.
Nunca se enteraron de nada.
Eso no sucederá nunca jamás.
Temprano, pronto,
rápido, enseguida y adverbios terminados en -mente
Estos adverbios expresan una temporalidad
relativa que depende de la consideración del hablante y del contexto:
¿Cuándo llegaron? -Pronto/enseguida.
¿Cómo llegaron? -Tarde/rápido.
Los relativos como
adverbios temporales
Cuando, cuándo y mientras,
como los comparativos, antes, después, primero y luego recogen la
significación de otras unidades para especificarlas con significados de
simultaneidad, anterioridad o posterioridad:
Lo haré cuando pueda.
Voy a salir, te veré luego.
Comieron y después se fueron.
Sustantivos como
complementos circunstanciales
Hay sustantivos capaces de realizar la función
de complemento circunstancial; algunos deben de estar acompañados por
preposiciones o locuciones prepositivas que maticen el significado general de
la temporalidad. Por ejemplo, por, durante, en el transcurso de, a lo largo
de, le dan al complemento circunstancial el significado de duración:
Se fue a Madrid por algún tiempo.
Durante las vacaciones prefiero viajar.
Nos veremos en el transcurso de la semana.
Excelente, muchas Gracias.
ResponderEliminarUna consulta: "de repente" es una locución adverbial de tiempo. Entonces, también forma un complemento circunstancial de tiempo?
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