Los enlaces de argumentación sirven para
distribuir la información de los enunciados. Ordenan el discurso desde el punto
de vista argumentativo.
Los elementos de enlace o conexión de un discurso, sin formar parte de la estructura interna de las oraciones que
enlazan, son necesarios en toda comunicación. De acuerdo con el significado que
aportan a las partes relacionadas, se distinguen los siguientes tipos:
Enlaces temporales
Estas unidades tienen un elemento correlativo,
es decir que al elemento que aparece en el primer segmento del enunciado, le
corresponde otro en el segundo. Si en el primer enunciado aparecen en
principio, ante todo, antes de nada, para empezar, en primer lugar o en
un primer momento, en el segundo deben utilizarse enseguida, luego,
después, a continuación, en segundo lugar, etc.:
En un principio dijo que sí. Luego que no.
Después que ya vería.
Antes de nada, agradeció a los presentes. A
continuación explicó el porqué de su presencia y finalmente se despidió de la
audiencia.
Enlaces distributivos
Suponen una enumeración de por lo menos dos
miembros y suele haber cuantificadores ordinales en su composición. Las
expresiones distributivas son: primero/segundo, por una parte/por otra
parte, de un lado/de otro lado, en primer lugar/en segundo lugar. Por
ejemplo:
Hay tres razones que me impiden realizar el
viaje: en primer lugar, no tengo el dinero. En segundo lugar, no tengo muchas
ganas. Y en tercer lugar, tendría que pedir permiso en el trabajo.
Los enlaces distributivos suponen una
organización prevista por el hablante para establecer el grado de importancia
de lo expuesto o simplemente para mantener un orden en la exposición. A pesar
de esto algunas fórmulas pueden usarse solo como elementos introductores del discurso:
Ante todo, cuéntame qué has hecho.
Para comenzar, aclárame la situación.
En principio, yo puedo ir.
Enlaces de ruptura
Hay expresiones como por cierto y a
propósito que indican una interrupción del argumento anterior, pero que son
necesarias cuando el hablante tiene urgencia por decir o preguntar algo:
Podríamos ir a la playa de vacaciones. Por
cierto (a propósito), ¿cuántos años hace que no vamos?
Enlaces continuativos
Cumplen la función de mantener vivo el
discurso. Los más utilizados son bueno, bien, vamos, ya te digo, pues, yo
qué sé:
¿Qué quieres que te diga? Bueno, pues que
las cosas no están tan claras.
Respecto a los muebles, yo qué sé, no sé
dónde los pondremos; vamos, que primero tenemos que probar.
Por lo sucedido ayer, ya te digo, es mejor
esperar.
Enlaces de
ejemplificación
Se utilizan con el fin de que el interlocutor
entienda mejor ciertos conceptos. Estos son: así, por ejemplo, a saber, en
concreto, pongamos un caso, valga como ejemplo, concretamente, sin ir más
lejos:
En mi casa, por ejemplo, soy yo sola quien
resuelve los problemas, a saber: los niños, la escuela, las cuentas…O el
alquiler del apartamento, pongamos por caso. Imagínate, sin ir más lejos, que un
día te enfermes, ¿quién hará las cosas por ti?
Enlaces conclusivos
Se utilizan para hacer notar el último
enunciado, o la última parte de este. Por ejemplo: por último, eso es,
finalmente, por fin, en resumen, en suma, en conclusión. Algunos enlaces
como en pocas palabras, dicho de otro modo, concluyen el enunciado con
valor explicativo:
Javier los lunes juega al fútbol, los
martes hace las compras, los miércoles va al cine, los jueves sale con sus
amigos y los fines de semana descansa. En resumen: se dedica a la buena vida.
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