El infinitivo, el gerundio y el participio, también llamados verboides, son las formas invariables del verbo: no se conjugan y no tienen persona ni tiempo.
Las formas no personales del verbo son
incapaces de expresar por sí mismas una referencia temporal específica. El
tiempo de la acción que señalan se deduce de los verbos, adverbios o
preposiciones que los acompañan.
Desde el punto
de vista aspectual, los infinitivos (hablar) son formas neutras, los
participios (hablado) tienen valor perfectivo y los gerundios
(hablando), durativo o imperfectivo.
El infinitivo
En la gramática tradicional el
infinitivo se denomina sustantivo verbal porque puede desempeñar en la
oración las mismas funciones que un sustantivo: oigo el ladrar de los perros
= oigo el ladrido de los perros.
Como sustantivo se comporta como masculino
singular y puede llevar determinación y calificación: aquel dulce
cantar/aquel dulce canto. El infinitivo puede tener variación de número,
pero no de género: el cantar/los cantores, el deber/los deberes.
Como verbo aparece siempre asociado a un verbo
principal, como en las perífrasis verbales, lleva sujeto (tácito) y puede tener
sus propios complementos.
Así, por ejemplo, en la frase Quiero ver al doctor
el sujeto tácito es yo y el complemento directo es al doctor.
El gerundio
Es denominado adverbio verbal, ya que puede
realizar las mismas funciones que un adverbio. Sin embargo, en las perífrasis, el gerundio tiene valor exclusivamente verbal.
El gerundio funciona normalmente como
complemento circunstancial del verbo:
Se alejó corriendo.
Estudia escuchando música.
Puede funcionar como complemento del sujeto: Rita,
creyendo que nadie se daría cuenta, se fue sin despedirse; y también como
complemento del objeto directo: Vi a unos niños durmiendo en el jardín.
La acción del gerundio puede ser simultánea (Se
cayó andando en bicicleta) o anterior (El ladrón, creyéndose perdido, se
entregó) a la acción principal.
El participio
En la gramática tradicional se denomina
adjetivo verbal. Tiene un uso estrictamente verbal cuando forma los tiempos
compuestos con el auxiliar haber.
En los tiempos compuestos el
participio es invariable (termina siempre en -o) y no concuerda
nunca con el sujeto ni en género ni en número.
El participio funciona como adjetivo cuando
califica o determina al sustantivo, ya sea con el verbo ser o con el verbo
estar. En ambos casos concuerda en género y número con el sustantivo:
No me gustan las películas aburridas.
El libro era muy entretenido.
José está deprimido.
El participio acompaña también al verbo ser
para formar la voz pasiva. En este caso, el participio concuerda en género y número con el
sujeto: Esta novela ha sido escrita por un escritor inglés.
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