Porque, que, por, como, dado que, puesto que, ya que,
pues, visto que, etc.
Solo se emplea el subjuntivo si se niega la causa, y los únicos conectores que
permiten la negación son porque y por, éste siempre seguido de infinitivo.
Las subordinadas causales expresan un motivo, una razón, y el conector más característico es porque, que puede sustituirse por por + infinitivo cuando el sujeto del
infinitivo coincide con el complemento directo o indirecto del otro verbo:
Me (yo) suspendieron por hacer (yo) un mal examen.
O cuando ambos
sujetos coinciden, sin que la sustitución sea obligatoria:
Se fue (él) por
estar (él) enfermo (= se fue porque
estaba enfermo).
Porque es el único conector causal que puede ir con subjuntivo. Así sucede cuando se
pone en duda o se niega la validez de la causa:
Se retrasó, no porque hubiera mucho tráfico.
Sabemos que ha
ocurrido este fenómeno si el verbo de la oración causal aparece en subjuntivo;
siempre que se así, se estará negando la causa. En todos los casos podríamos
señalar la causa real, con indicativo, introducida por sino:
No
se retrasó porque hubiera mucho
tráfico, sino porque salió tarde de
casa.
Pueden surgir ambigüedades
si en lugar de porque tenemos por + infinitivo:
No
lo hizo por molestar.
Puede pensarse
que hizo algo, pero no con la intención de molestar (Lo hizo, pero no quería molestar). O bien que no hizo lo que tenía
que hacer para, de esa forma, molestar (No
lo hizo porque quería molestar).
En ocasiones, la
negación colocada ante el verbo principal sirve para negar tanto éste como la
subordinada causal:
No he ido porque
fuera caro, sino porque voy a ir la
semana que viene. Es
decir, no ha ido (verbo principal) y no era caro (subordinada).
También se emplea
el subjuntivo cuando el hablante no presenta esa causa como completamente real
u objetiva:
Siento que haya faltado porque su padre se
encuentre mal.
No pienses que lo he votado porque crea que es el
mejor.
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