jueves, 22 de marzo de 2012

Adjetivos absolutos y relativos


La distinción entre adjetivos absolutos y relativos es útil para explicar la posposición o anteposición de los adjetivos con respecto al nombre.

Si decimos que la nieve es blanca, el objeto referido pertenece tanto al conjunto de objetos-nieve como al conjunto de objetos blancos del mundo.
El adjetivo blanco no depende para su interpretación de la consideración de otros referentes: se lo denomina por ello absoluto. Lo mismo ocurre con era una mesa redonda. Necesariamente se trata de un objeto redondo, aún sin considerar que se habla de una mesa. Entonces: blanco y redonda son propiedades absolutas, más allá de los objetos a los que se las asigne.

En cambio, si decimos que el elefante es pequeño, la interpretación de “pequeño” es relativa a los otros términos de comparación: en este caso, el resto de elefantes, no la totalidad de los objetos físicos del mundo.
Otro ejemplo: es un excelente médico: el objeto designado pertenece al conjunto de los médicos pero no necesariamente al conjunto de los objetos excelentes, porque puede ser a la vez un mal ciudadano y un mal padre.

De los ejemplos mencionados se puede inferir:
  • Los adjetivos relacionales son absolutos. En el caso de mesa presidencial, el objeto referido pertenece al conjunto de las mesas y al conjunto de los objetos presidenciales.
  • Los calificativos de color y de forma son también absolutos, lo cual los ubica mayormente pospuestos.
  • Los calificativos de valoración y de dimensión son relativos a los otros términos de comparación.
El carácter absoluto de un adjetivo propicia la posposición. Podemos decir compré un pequeño barco sin que el adjetivo se interprete como epíteto; en cambio, la frase compré un blanco barco solo puede ser utilizada en una expresión literaria.

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