Si bien el latín
aportó las tres cuartas partes de las palabras que forman el castellano, hay
otra cuarta parte que, debido a las numerosas invasiones sufridas por el pueblo
de la Hispania, también aportó muchas voces a nuestra lengua madre. Son
términos que, muchas veces, desconocemos que vienen de otras lenguas y se han
integrado a la nuestra, no como sucede actualmente con los extranjerismos, sino
desde los comienzos de la formación del español.
Elemento griego
Interviene en la
composición de términos cultos, científicos, artísticos, eclesiásticos, etc.
Limosna
(eleemosyne), apóstol (apóstolos), Biblia (biblion), fotografía
(photós-graphein), meteoro (metéora), profeta (prophétes), etc.
Asimismo, por
tradición se usan voces griegas para designar inventos y manifestaciones nuevas
de la ciencia, tal como sucede con las palabras estereofonía, cinematógrafo,
periscopio, filatelia, etc.
Elemento árabe
Forma parte de
miles de palabras que comienzan con el artículo al, y en otras relacionadas con
la guerra, el comercio, las ciencias y objetos de uso cotidiano.
Almacén (al
mahzan), álgebra (al yebr), aduana (al divân), tambor
(tambur), jirafa (zárafa), azúcar (súkkar), albóndiga (al
búnduqa), etc.
Elemento
godo o germano
Se
lo encuentra en la formación de vocablos relacionados con la guerra y en muchos
nombres de personas.
Grupo
(kropf), guante (want), guerra (werra), orgullo (urguol); entre los nombres
propios encontramos Enrique (Haimirich), Fernando (Firthunands), Ramiro (Ramaners),
Gerardo (Ger-hard), etc.
Elemento
vasco
Ha
quedado en nuestra lengua en palabras como ama (amma), boina (boña), cencerro
(zinzerri), gorra (gorre), izquierdo (ezker), además de algunos apellidos
patronímicos terminados en az, ez, iz, oz y uz.
Elemento
hebreo
Aparece
en términos relacionados con la religión, topónimos y sobre todo, onomásticos,
debido a la gran cantidad de nombres propios que figuran en la Biblia.
Pascua
(pesaj), rabino (rabbí), sábado (sábbâth); entre los nombres encontramos Eva (Havva),
Ester (Ishtar), Gabriel (Gabri-El), Isabel (Elisheba), etc.
Elemento
americano
Son
las voces que el conquistador español conoció cuando llegó al continente
americano y, por supuesto, incorporó a su propio léxico.
Cacao,
cacique, caimán, cancha, chocolate, loro, maíz, morocho, poncho, tambo, yacaré,
yapa, etc.
Las
lenguas modernas también aportaron algo de su vocabulario a nuestro idioma, y
en realidad aún lo siguen haciendo a través de modernos vocablos que
constantemente se incorporan al castellano; lo que ahora llamamos
extranjerismos, mientras que en otras épocas se introducían por el uso de los
distintos grupos de inmigrantes.
Del
francés
Blusa
(blousse), bufete (buffet), camión (camion), ficha (fiche), jardín (jardin),
silueta (silhouette), etiqueta (etiquette), etc.
Del
inglés
Esmoquin
(smoking), túnel (tunnel), fútbol (foot ball), tranvía (tranway), cheque
(check), etc.
Del italiano
Brújula (bussola), piano (pianoforte),
espiedo (spiedo), espagueti (spaghetti), muzzarela (mozzarella), etc.
Del
alemán
Bloque
(block), cinc (zink), frac (frack), etc.
Además
de las palabras que han aportado a nuestro idioma todas estas lenguas, existen
otras que son propias del español y que se han formado a través del uso
cotidiano; algunas son derivadas de voces de nuestro propio lenguaje; otras son
combinaciones de elementos de distintos idiomas. Como ejemplo de estas
combinaciones tenemos: ecografía (latín + griego), televisión (griego +
castellano), alcaucil (árabe + español).